Como prevenir la deshidratación en los ancianos | Geriatrico de la hoz

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Nº 17 Sección 2ªicass - Nº39/C222

Como prevenir la deshidratación en los ancianos

Durante el verano los ancianos tienen un elevado riesgo a deshidratarse. Se debe a factores biológicos o intrínsecos, como por ejemplo:

*  Disminución del agua corporal total (por mayor proporción de tejido graso en relación al tejido muscular magro).

*  Alteración de los mecanismos cerebrales de la sed.

*  Disminución en la producción de hormonas que retienen agua y sal, lo que lleva a una mayor pérdida de líquidos por orina.

El riesgo aumenta si la persona tiene una alteración mental (como la demencia), está postrada o con dificultades para moverse. A los factores antedichos se agrega la necesidad de un tercero para la provisión del agua.

El uso de diuréticos, frecuente en la tercera edad, también genera un mayor riesgo de deshidratación.

Cómo se manifiesta 

 

El miedo a la incontinencia urinaria, la disminución de la sensación de sed o la pereza de alternar agua con otros líquidos favorecen que las personas mayores no atiendan como deberían el hábito de beber litro y medio de agua, o la suma con otros líquidos, al día. Sin embargo, es clave. Si bien los riñones de una persona de 70 años filtran y eliminan la mitad de desechos que los de un treintañero, los mayores pierden mucha más agua a través de la orina que los jóvenes

*  Lo más frecuente es que haya una alteración del estado mental habitual. Se puede observar confusión, somnolencia o apatía.

* Las caídas pueden ser otro signo en esta edad.

*  A diferencia del niño o el adulto joven, la sequedad de la piel y las mucosas no son un signo confiable de deshidratación en el anciano.

Cómo prevenir

*  Ofrecer líquidos frescos repetidas veces al día.

*  Mantener una dieta liviana y frugal. Debería ser rica en frutas, jugos de fruta, verduras, gelatinas y helados de agua.

*  Evitar la exposición solar. De ser inevitable, hacerlo sólo en los horarios extremos (a primera hora del día o última hora de la tarde) y protegido del contacto directo (con sombreros, paraguas o sombrillas).

*  Mantener ventilados y refrigerados los ambientes.

*  Vestir a los ancianos con ropas livianas y claras.

*  No tomar diuréticos sin la estricta indicación médica.

Trucos para que los mayores se hidraten

Sobre la base de la ingesta de agua total, se concluye que sería adecuado consumir unos dos litros al día de líquidos, que además de agua incluyen otras bebidas sanas, como zumos, infusiones, sopas o leche. Sin temor a resultar incisivos, hay que convertir el beber agua en un hábito, aunque no se tenga sed. Para ello, lo mejor es marcar una botella de agua con capacidad de un litro o litro y medio, y colocarla en un lugar visible y fresco. El objetivo es que se acabe al terminar el día y se rellene al comenzarlo.

Después de rellenar la jarra, hay que empezar la mañana con zumo y con fruta, que garantizan una ingesta segura de líquidos, junto con el tazón de leche con café o té. También la hora de la merienda es un momento aliado para la hidratación. En forma de fruta, infusión, granizado o zumo. Los expertos señalan que es mejor optar por un tamaño grande en la vajilla y desechar las copas pequeñas, ya que estas dificultan alcanzar las cantidades de líquidos deseados. Acostumbrarse a tomar pequeños sorbos del mismo vaso, siempre el mismo, ayuda a afianzar el hábito.

Ante cualquier cambio ponerse en contacto con su médico habitual o un profesional cualificado ya que una intervención rápida en un paciente deshidratado puede prevenir un cuadro mucho más grave